Mi amor por la panadería

Cuando empecé a estudiar cocina la panadería no estaba en mis planes, yo quería hacer fuegos, comida salada y nada más.

Terminando el primer año de  carrera ya trabajaba en el rubro, see hacía todo de cero, lo salado, lo dulce y la panadería.

Caí en la parte de platos calientes, era donde te me desenvolvía mejor. Siempre miraba de lejos a quienes hacían pastelería y panadería. Yo 2014 ya había cursado pastelería básica y cocina pero nada de panadería.

Decidí hablar con la que era mi jefa de cocina en ese momento, Josefina Mengoli y le dije me encantaría hacer mi primer pan y ella super dispuesta me dijo hagámoslo.

El pan no leudó como  esperaba pero tengo lindos recuerdos, la emoción de haber hecho pan es algo  no puedo explicar, me senti feliz!

 Fue el inicio de mi gran amor. Soy super inquieta no me gusta quedarme estancada sin hacer algo y quise aprender más y más, ahí fue donde entró Belen Pereyra una de mis compañeras que hacía panadería y que además tiene una paciencia increíble para enseñarte.

Un poco frustrada le preguntaba, ¿Cómo sabes que ya está la masa?, ¿Cómo sabes si no tienes que ponerle mas agua? y su respuesta fue simple, hay proporciones básicas para distintas preparaciones pero tienes que conocer tu masa, tocarla y saber que estás buscando en ella.

Lo demás es historia, después de esto curiosamente fui rotando en distintos restaurantes donde en lugar de cocina salada hacía panadería y pastelería, y obviamente cuando nació el catering no había duda que la panadería iba a ser totalmente artesanal.

Tengo mil recetas de panes que me gustaría compartirles pero hoy vamos a hacer una muy rica, sencilla de hacer y que quedan panes super lindos.