Cascos de Membrillo

¡Cascos de Membrillo!

Cuando llegué a Argentina, sinceramente no me gustó el dulce de membrillos, luego trabajé en un restaurante donde uno de los postres era el clásico queso y dulce.

Con el tiempo le agarré amor al membrillo y al dulce de batata del que hablaremos en otra ocasión.

Para esta semana no vamos a hacer precisamente dulce de membrillo sino cascos de membrillo, que serían gajos de la fruta en si.

La receta para cascos de membrillo es muy sencilla, solo hay que darle tiempo para que llegue al punto deseado y seguir los pasos para que además del resultado los conservemos por buen tiempo en frascos esterilizados evitando contaminación.

Pasos para esterilizar

Para esterilizar primero debemos lavar todo con agua caliente y detergente. Luego ponemos los frascos en una olla con agua hasta cubrir.

Colocamos la olla en el fuego hasta que hierva el agua y mantenemos los frascos en el agua hirviendo hasta el momento que los vamos a utilizar. Cuando los saquemos del agua con la evaporación se van a secar.

Lo ideal es colocar el dulce cuando los frascos estén tibios para evitar que se rompan, llenamos, limpiamos los bordes, cerramos y sumergimos en agua bien caliente.

Hervimos 10 a 20 minutos, sacamos del agua y dejamos enfriar, vamos a escuchar el clásico sonido de vacío de un frasco.

Por último recordemos etiquetar con nombre y fecha de elaboración.

Cascos de membrillo | Nohe Vargas Catering y Pasteleria | Buenos Aires - Argentina

Ingredientes:

  • Membrillos 2 kg (aproximadamente 4 membrillos)
  • Azúcar 1,5 kg
  • Agua 2 litros
  • Jugo de limón c/n

Preparación:

Pelamos los membrillos, cortamos al medio y retiramos las semillas. Cortamos en cuartos o sextos, depende del tamaño de cada membrill0, puede ser a gusto.

Los membrillos se oxidan muy rápido así que lo ideal es sumergirlos en agua con limón.

En una olla colocamos las cáscaras y semillas junto con el agua y el azúcar y cocinamos durante 10 minutos, así logramos un almíbar con la pectina de la cáscara y las semillas.

Filtramos y descartamos las cáscaras y semillas.

Colocamos los membrillos en la olla con el almíbar y cocinamos a fuego medio hasta que los membrillos estén tiernos y cambien de color al tono rojo característico.

El almíbar debe llegas a punto de jalea, un almíbar también rojo y espeso.

Para finalizar colocamos los membrillos en un frasco esterilizado y cubrimos con el almíbar dejando medio centímetro del borde y cerramos.

Sugerencias:

Los puedes comer solos, en alguna tarta, con queso o acompañados con alguna crema para rebajar ya que en general son bastante dulces.

 

Scroll al inicio